sostiene una jaiba la cabeza
una vértebra para la movilidad anfibia
las fascias son otro tipo de hábitat
de la cangrejara ósea, las jaquecas cabronas
neurociencia toda la mística que ha equivocado las recetas
la quiropraxis del doctor Manura
los espasmos, por meses, un quebrantahuesos
y el gran simpático sometido al techo vacío y aplanador
descargas de dolor en la cabeza
mi corteza cerebral fríe a mil grados todo lo que piensa y ha sentido
el memory foam es un nuevo material ergonómico
a la jaiba en la base de mi cráneo eso le basta para afilar unas tenezas negras
migraña en racimos, cangrejera
inmoviliza, del contacto aleja y aleja, y aturde mientras sigue alejando
obligada a escuchar hasta ensordecer media cara
y entumir la lengua y consumir la vigilia y el descanso
la cefalea y las dos mil dunas de su ventolera de vidrios
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una espinita se vuelve enredadera
la jaiba también es carroñera
alguna vez el beso en el cuello, un recuerdo que engulle la migraña y te revienta
el dolor vuelve diciendo: hay dolor
sin dormir, sin poder, el dolor brincando sobre la cama deshecha
un edredón que asfixia cuando vienen las arcadas
hielo en la frente y en la nuca
tiesa, entre tortugas pálidas de gel muy frío
querer que ya no duela es lo que más punza, lo que te agacha
cabeza de jaiba con tenazas que pinchan aunque no quieran
durante horas que ya son décadas, retumba en un cuarto propio la cefalea
no hay sutura, pico y pala en la cien
sedar mientras el dolor fractura
más jaibas fieras por el cráneo
miedo a que el dolor regrese, el dolor que te muele por todos lados.