Un apellido cuenta -o pesa o sentencia o borra o promete o no cuenta. Frame. Apellido, cosa que importa mucho o no importa. Apellido de poeta, de autores, de los editores, de los críticos, de los discípulos. Apellidarse Frame en una isla colonizada y en una familia en la pobreza y en el árbolo genealógico de la esquizofrenia. Frame, la cesura: las hermanitas que se ahogan, los hospitales psiquiátricos. Apellido de Frame y estar obligada a ser maestra. El marco: un castigo. No poder salirse del marco: enseñar a los niños. Estar fuera del marco, enloquecerse. Frame, no fame. Fama de loca insana. Reconocerse, autobiografiarse una locura que no lo era. Maldiagnóstico apellidarse. Frame, salvarse de una lobotomía, pero no de 200 electroshocks y de años recluida. Apellidarse Frame y amar tus malvaviscos, tu bulimia, tu desaliño. Apellidarte Frame en la pobreza y en la cédula de tus premios. Apellidarte Frame y ser toda un desajuste, señalada. Pelirroja, pelinaranja, los huesos de tu cráneo, tal vez huesos de jilguero, también por mucho tiempo. Frame, los animales en tus poemas: cococdrilos, gansos, pájaros, lechuzas, puercoespines. Y Janet, tu nombre, un diminutivo. Juana, regalo de Dios, dádiva. En gaélico el último de tus modos de llamarte: Clutha, como el barco, río arriba río abajo, 338 kilómetros para pensar hasta tu muerte el título de otra autobiografía.